miércoles, 30 de mayo de 2012

Origami de ADN 2.0

La doble hélice que transporta la información genética en los seres vivos se ha vuelto una fascinación en el mundo de la nanotecnología. Su elegante diseño y sus específicas reglas de enlace le permiten autoensamblarse en las condiciones óptimas. He aquí lo importante para los científicos: Crear estructuras complejas mediante un material más que biocompatible, un material con la capacidad de transferir información a través de un código versátil y universal con respecto a la mayoría de los seres vivos. 
La nanoingeniería del ADN sigue siendo complicada. Desde los años 80's se vienen creando láminas, tubos e incluso pinzas mediante trozos de ADN de no más de 150 nucleótidos; aún diseños tan simples han tomado meses y hasta años para lograr ser ensamblados. 
El bioingeniero computacional Paul Rothemund junto con su equipo de investigación, lograron crear estructuras nanométricas con forma de "Smileys" a través de un genoma viral monocatenario. Este proceso, que ha sido comparado con el antiguo arte japonés de doblar papel, resultó ser muy eficiente. Lo que ahora resta es ir más allá de pequeñas caricaturas y encontrar diseños con propósitos específicos. 
Actualmente se han realizado numerosas investigaciones sobre métodos más baratos y eficientes para obtener secuencias específicas de ADN. Otras de ellas se enfocan en la construcción de maquinarias moleculares inspiradas en los habitantes que rondan por las calles de la célula, o en cajas con pequeñas sorpresas para nuestras enfermedades. 
En fin, la naturaleza nos ha creado de una manera sublime que nos inspira día con día, y es más que apropiado que aprovechemos lo que está a nuestro alcance, incluso aunque nuestra vista no logre distinguirlo.

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